Arte
Persas
El arte persa, especialmente durante el Imperio aqueménida (550–330 a.C.), refleja la grandeza y diversidad de un vasto imperio multicultural. Se caracteriza por la fusión de influencias mesopotámicas, egipcias, griegas e indias, integradas en una estética refinada y simbólica. Destacan los relieves monumentales de Persépolis, que representan procesiones de tributos y escenas reales con gran detalle y simetría. La arquitectura persa incluye enormes palacios, columnas esculpidas y uso sofisticado de la piedra. El arte persa exaltaba el poder del monarca y la armonía imperial, transmitiendo un mensaje de unidad, orden y respeto por las culturas conquistadas bajo un gobierno central.